Poesía Indie


Trinchera
Por Eduardo Valdivia Sanz

Francia sangra
y sus ríos corren cubiertos de lodo
dibujando a las siluetas de las almas del infierno,
la mañana aclara los temores más ocultos de la noche
y la gaita suena a niñez perdida
mientras corta con bayonetas
la carne de los hombres máquina;
El miedo arropa con dedos de madre a mi alma herida;
Mis botas trepan por la escalera de la trinchera,
el fusil pesa en las manos;
Los cabezas cuadras esperan por mí,
por mis huesos y mi carne de las Orcadas,
no temeré a la ametralladora;
Molly aguarda por mí
los niños necesitan a su padre;
Volveré en un día lluvioso a los pechos de Molly,
volveré cubierto de metralla a la granja del viejo Jim,
beberemos licor de malta mientras la gaita suene;
Mis camaradas ruedan por la tierra roja,
cesan de respirar como marionetas que les cortaron los hilos;
No temeré a la muerte,
la gaita suena; la gaita suena.

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