Catarsis
Las bandas que oigo para alejar el maleficio de la cumbia
Por Eduardo Valdivia Sanz
Hace un mes debí regresar a vivir a Sullana por motivos laborales y decido mudarme a un apartamento simpático de buen precio en una zona nueva de la ciudad. Todo parecía el paraíso hasta que falló la bomba de agua. Joder con treinta dos grados centígrados en casa y sin agua, pero lo peor estaba por llegar, cerca, muy cerca de mi dulce hogar expende cervezas y platillos criollos una chingana con el nombre de Candelas.
Y ustedes dirán y qué hay con eso colega, yo te diré, nada, que la maldita cevichería le da de la mañana a la noche a las benditas cumbias. Y bueno, pues, detesto esos ruidos insoportables de las voces agudas y de esas armonías actas para retrasados mentales. Quién puede aguantar todo el día la voz de la ex Chica del Can que pregunta: Qué hace que quiera salir con un hombre casado al cine o al teatro. Te lo respondo fácil, lo que lo hace es que eres una calzón flojo y ya, y por favor deja de joder con tus maullidos de gata.
Díganme lo que quieran pero quién puede aguantar a Tony Rosado y su: Hoy te tengo ante mí, una y otra vez. De algún modo había que contraatacar con el terrorismo musical, porque para santos los bomberos, y por suerte, existe la internet y bueno, pues, a buscar algo fuerte para opacar a esos ruidos tropicales que invaden cada rincón de mi apartamento. Y navegando por aquí y por allá, redescubro a Saxon, banda inglesa que tuvo sus quince minutos de fama hasta que se volvió ambiciosa y tentó con lo comercial; resultado, sus seguidores la abandonan y parten a oír bandas duras y no poseras como Motor Head o Rose Tattoo.
Rose Tattoo para los que no la conocen, banda australiana, muy de puta madre, suena algo parecido a la AC/DC, sigan mi consejo y bajen a Rose Tattoo, pueden empezar con su clásico: Nice boys y como ya vamos haciendo oído, no está demás bajar a esta banda femenina sueca Sahara Hotnights, que empezaron con covers de The Ramones y poco a poco fueron creando su estilo dentro de la corriente Post Punk, escúchenla, ayuda a ahogar muy bien los alaridos de la cantante cumbianguera Marisol. También me mola mucho últimamente Rainbow así sean más viejos que Matusalén, pero es una delicia pegarse con esas guitarras tan setenta y esos bajos limpios y sin adefesios de los arreglos de estudio. Porque hay que ser muy negado para la música si no se puede disfrutar del tema Paranoid de Black Sabbath y de lo limpio que se oye, la batería, el bajo y la guitarra. Pero como no somos excluyentes, también me va bien el cover Where is my mind de los Pixies interpretado por Emily Browning del soundtrack de la película Sucker Punch, película muy apta para los amantes de los vídeos musicales de formato extendido, del tinte en el cabello en las mujeres adolescentes y las fantasías de las falditas ultra cortas. No lo pasarán mal pero un consejo no vean la peli si la novia o la esposa es celosa.
Para no perder el hilo del artículo, recomiendo también a la banda canadiense Lillix, banda que la empecé a oír por la afición de mi esposa a las películas de Lindsey Lohan, se recomienda bajar Sweet Tentation, Tomorrow, Sick, Why Can’t I Breath, no teman hay que experimentar. También se recomienda bajar a Social Distortion, Taylor Swift, especialmente: You Belong With Me; bajar también Goldfrapp a discreción. Infaltables, en una casa donde se escuche música alienada: Suicidal Tendencies, Sonic Youth, Butthole Surfers. Una recomendación especial para esta banda japonesa Missile Girl Scoot y su tema Big Mouth, el tema es como comer helado de menta o ver una chica en falda corta, con una de esas voces que te puede poner caliente como el tubo de escape de una Ducati. Imperativo bajar un tema muy, pero muy oldie: Ça plan pour moi de Plastic Bertrand, o en cualquiera de los covers que encontrán por el Youtube. Me despido, diciendo muerte a la cumbia.
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