Poesía Indie

Pobre del viajero

Por Eduardo Valdivia Sanz

He cerrado el círculo y

las heridas no supuran al filo de los besos,

nunca más la piedra rodará al enfrentarme a mis demonios,

soy libre del fuego y del odio que me consume;

he reflejado el abismo y

he caminado con pies descalzos sobre navajas,

mi carne fue plástico y pastillas azules,

marché entre los muertos y los fantasmas de ojos negros,

dibujé los ojos de la serpiente y probé su veneno,

fue dulce como el vino de Sicilia,

fue fuerte como la sangre del toro;

morí y viví entre el sueño de la perla y las pestañas negras,

hoy los recuerdos repaso

y no quedan más que relojes de púas,

muñecas rotas

o las tardes de agosto,

estoy cansado debo dormir.

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