Poesía Independiente

Un viejo necio en una banca
Por Eduardo Valdivia Sanz


Mi piel es de fuego en los ojos de Jung,
tarde conozco la certeza del mundo,
con diez años de abstracciones seguro me hubiera salvado,
ahora diez años después cosecho mis frutos,
las repercusiones son palabras que nadie va a escuchar,
así igual al lamento de un lobo
gritaré viendo caer a las figuras del humo azul;
el cabello será blanco debajo de los almendros,
la luz del parque será la misma cada noche,
variarán las formas de amar
y otros con otras palabras crearán las figuras de papel y de tinta,
no es triste ni bueno ser hombre sufriente, solamente es,
no es malo perseguir las luces de colores si esa ilusión te hace reír,
el neón atrae cual precipicio y eso qué importa,
solamente unos pocos van a tener la cordura,
el resto es morir, ver tele, comprar móviles,
en fin, las ofertas de temporada siempre tienen un brillo especial,
es como ir de compras al infierno
con un pedacito de plástico.

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