Crítica Literaria

Nuestro Lado Salvaje de Julio Gallegos Herrera Rambla

Por Eduardo Valdivia Sanz

A pesar de que entre mis aficiones no se encuentra la de realizar crítica literaria y es más aborrezco el oficio, en primer lugar, porque en la literatura como en la mayor parte de las actividades del hombre abunda la mezquindad y pocos son los corazones que reconocen las cualidades de sus semejantes sin sentir ese ardor en la piel que en buen castellano se llama envidia, sin embargo, esta vez romperé el silencio y voy a intentar presentar a Julio Gallegos como amigo y poeta. A Julio lo conocí tarde cuando la existencia era rara, bizarra y nuestras noches no estaban llenas de cuchillos ni de almas traidoras, incapaces de mantener lealtades por los amigos. Lo he dicho y lo sostengo, en Sullana he encontrado todos los círculos del infierno de Dante, en ese pueblo plagado de mototaxis y de callejuelas encharcadas, donde contradictoriamente brilla tanto el sol, nunca he conocido días más oscuros ni noches más largas, y es en ese marco tan cercano a lo absurdo en el que se desarrollan los versos de Peluso, como es más conocido por sus amigos.

Gallegos Herrera Rambla no pretende volver a descubrir la brújula ni pretende convencernos de que existe un medio día de trece horas, la verdad de sus versos es simple y busca decir lo que le sale de las tripas; así en ese intento ofenda a más de un oído u ofenda a más de un purista que quiera conservar como modelo la poesía de los tiempos de Francisco Quevedo o de los poetas simbolistas de Hispanoamérica. Es hora de dejar de añorar el pasado y de dejar de encasillarnos con poetas que guste o no lo que digo, ya no representan al espíritu de nuestros días. Es evidente de que en un mundo tan lleno de hogares disfuncionales, de gente consumidora de drogas, de sectas religiosas o de católicos intransigentes, por favor, no nos pidan que se dibuje palabras de color rosa para no ofender a nadie. En buena manera la poesía o la sientes o no la sientes, o representa tu realidad o no la representa. Es así que Julio Gallegos yendo contra corriente se atreve a desnudar su interior y nos regala su visión de vida. No lo duden en el siglo XXX o en el siglo XXXV también habrán poetas, quizá no como César Vallejo tal vez no como Thomas S. Eliot pero eso sí poetas.