Poesía Indie
Sullana
Por Eduardo Valdivia Sanz
Si pudiera recorrer el camino de la Nariz del diablo
regresaría convertido en ave blanca;
Volaría por los cielos celestes de mi valle norteño
y miraría con desprecio las luces de la ciudad;
Agitaré mis alas convertido en lechuza
y la noche me acompañará como mi mujer ideal,
volaré sobre los techos poblados de antenas de televisión
y aterrizaré muy cerca del cine Excélsior
para contemplar a los últimos noctámbulos
que salen de la película porno;
Convertido en grillo viajaré sobre el hombro
de Juan Escolástico que enfila sus pasos
al Club Chávez,
pedirá pan con mortadela y agua de piña;
Me volveré cucaracha para recorrer la calle Tarapacá
y veré los vicios de Sullana:
La Peter, La Lorena, La leche,
que ofrecen sus cuerpos fantasía a hombres que se creen
hombres porque dan y no les dan;
Justo antes del amanecer mi cuerpo mutará en perro viringo
y mi olfato me conducirá al pan horneado con leña, donde don Torres,
Seré tombo, camionero y borrachito de la cámara de gas,
pediré mi mulita de anisado y sé que Sullana es un sueño,
un sueño que no puedo dejar de soñar.
Por Eduardo Valdivia Sanz
Si pudiera recorrer el camino de la Nariz del diablo
regresaría convertido en ave blanca;
Volaría por los cielos celestes de mi valle norteño
y miraría con desprecio las luces de la ciudad;
Agitaré mis alas convertido en lechuza
y la noche me acompañará como mi mujer ideal,
volaré sobre los techos poblados de antenas de televisión
y aterrizaré muy cerca del cine Excélsior
para contemplar a los últimos noctámbulos
que salen de la película porno;
Convertido en grillo viajaré sobre el hombro
de Juan Escolástico que enfila sus pasos
al Club Chávez,
pedirá pan con mortadela y agua de piña;
Me volveré cucaracha para recorrer la calle Tarapacá
y veré los vicios de Sullana:
La Peter, La Lorena, La leche,
que ofrecen sus cuerpos fantasía a hombres que se creen
hombres porque dan y no les dan;
Justo antes del amanecer mi cuerpo mutará en perro viringo
y mi olfato me conducirá al pan horneado con leña, donde don Torres,
Seré tombo, camionero y borrachito de la cámara de gas,
pediré mi mulita de anisado y sé que Sullana es un sueño,
un sueño que no puedo dejar de soñar.
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