Poesía Indie

El maestro te engañó

Por Eduardo Valdivia Sanz

Herodes dientes rotos pasea en su Cadillac,

la ciudad tiene sabor a plástico quemado

los críticos se esconden en sus casas con guardianes

y cercos eléctricos,

Herodes sonríe contemplando su reino

de serenos y marionetas.

Cuántas veces su cabeza atravesará las gotas de la lluvia,

lo cierto es que

hace ovillos los domingos por la tarde

y lee a Breton,

busca arañas en un altillo

y siente escozor en la planta de los pies.

Ay Herodes piernas rotas

terminó tu suerte,

un gobierno revolucionario te busca,

pagan al contado por tu casa

por tus mujeres,

esta a vez no hay escape

ni licores finos,

sólo burlas y un campo de abrojos,

nada parece ser real

hasta no sentir luises de oro

en tus pantalones,

una comezón de infierno

por toda tu espalda,

es irreal como todas las miradas no importan,

el sol es indiferente

y recuerdas una tarde de Ayabaca,

quién encendió tus manos,

quién cortó el cordón

de la nave de ese mar sin olas,

ay Herodes dedos largos

abajo he visto unos hombres sin ojos

ellos nos regalan un mar de clavos

y una celda que ya tiene tu nombre.

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