Poesía Indie


Para la chica nacida en mayo

Por Eduardo Valdivia Sanz

Estos ojos tuyos quisiera perpetuar.

Que vivan su pardo ligero,

y tu aliento dormite

en el sopor de mi cama.

¿Quizás eres un sueño mujer?

Mi pesar de perderte, en la mañana es una daga,

acaba en más de un sutil ensayo de laberintos

que bien sería un pasaje a otra vida,

¿debo renunciar a mi alma?

en el triunfo de haber alcanzado mi sueño.

De no tener tu sombra mujer

un deseo transfigura mis sentidos,

se escapa la ilusión de mi risa

y en la azul pendiente aparece una fuente

de la más casta de las aguas del torrente;

mujer en suspiros, dices la palabra del aleph

como brisa calida de la reyerta de tus pasos,

no murmures contra el destino del rey santo,

sus flautas son un canto que no recorre

dos veces el mismo camino,

sólo deja rozarte con los acordes de mi ventisca.

En las calles la tarde derrama su conjuro,

en la línea del horizonte de tus manos,

las orillas del universo son charcas soporosas

que al roer los soles de mi ingenuidad cansada

romperán mi pecho

en un filtro de embriaguez errante.

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