Poesía de Bares

Desencanto en el autobús 23
Por Eduardo Valdivia Sanz’


Ya no queda pan ni agua,
lo más simple tiene un color de ceniza,
los cables de tu piel son una mueca,
un mundo de maniquíes sin entrañas,
marionetas marchando sobre el asfalto,
felices con su pedazo de nada,
un día me rebelé contra mis demonios,
éstos devinieron a sueños de libertad,
a encierros de paredes de cristal,
a pistas de luces,
y amalgamas de soledad,
no me bajé del bus a tiempo
y ahora corro a un universo de seres vacíos,
a escaleras mecánicas
que no llevan a ningún lugar,
el caos danza y no me satisface su engaño,
no quiero una mañana con Red Bull,
no quiero una tarde sin sol,
no quiero ser un muerto sin fe.


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