Poesía Independiente

Homenaje a los Dada
Por Eduardo Valdivia Sanz

Apuras la baratija, mujer,
afuera oyes ese engendro que pretende ser música:
abrazas a la mangacha y compruebas tu vacío,
un silvestre pasa y nos dice si queremos hierba;
es la fiesta de San Pedro, y el río y el mar se unen,
le damos un vaso de baratija,
Mané lo abraza y se lo lleva, es su labor,
lo arrastra y lo arroja sobre un moscardón de tres ruedas;
Dada fue pupu, y los cuadros de Boyer nadie los quiere comprar,
te sientas y piensas en Barranco;
no Carlitos la mangacha es real y has sucumbido;
no debimos venir con Juan,
es el portador y va muy trancado;
Montoya, habla de Bukowski,
es demasiada ponzoña y mar,
hemos pasado la raya, y no me siento muy maldito;
Montoya abraza a la anónima,
se ha robado un estéreo y está festejando;
estallan los fuegos de fiesta, y el cielo es Bagdad
sin los inconvenientes de Bagdad,
Dada fue pupu, metro-boulot-dodo;
me hartas, cambia de rollo, estás desfasado;
es el derecho de la historia,
respondes con boca de idiota,
una guerra falta,
una de esas grandes,
con Zepelines, con cañones Bertha y con gas mostaza,
quizá después de eso llegue el cambio a estas tierras;
qué estás tías no aflojan;
sus prejuicios las matan;
es la bocota que tienes zombi, y no eres nada discreto,
no hables lo que harás, sólo hazlo,
Dada fue pupu, y tengo derecho a los años veinte,
ya basta, no más baratija ni ponzoña, Miguelito...

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