Poesía de bares

Mi abuelo decía: tetas pueden más que carretas
Por Eduardo Valdivia Sanz


Las dos únicas veces que bebimos,
tomamos dos cervezas,
la segunda vez supe que la primera estuve fatal,
que había dicho incoherencias,
me quejaba de la literatura;
siempre salías con el discurso: debes hablar menos
y escribir más;
respetaba tus salidas de criolla,
pero no siempre,
me sublevaba que nunca hubieras oído de Finlandia;
yo creía que en ti faltaba un pedazo del universo,
era algo monstruoso,
como si te hubiesen vaciado un ojo,
pero lo peor era, no entendías de metáforas,
a ti había que ponerte los puntos y las comas,
si te hablaba en abstracto,
pensabas que iba drogado,
llegué a creer que de verdad deseabas que fuese un yonqui;
cómo me cargabas con lo mismo,
creo que malogré tu papel de salvadora,
arruiné tus planes de fastidiar a tus padres con un chico malo,
estabas muy loca y yo más,
porque sabrás que te llegué a amar.

Comentarios

Entradas populares