Poesía Indie

El único viejo hermoso era Bukowski
Por Eduardo Valdivia Sanz


Es un horror llegar a viejo,
aferrarse a la vida como una larva,
es un espanto
caminar por las calles arrastrando los pasos,
vistiendo ropas que delatan;
la mayor parte de los viejos no son sabios,
son mezquinos, mediocres,
sus vidas las han convertido
en un estómago que llenar,
envidian a la juventud desde sus dedos de calavera,
mi padre era uno de ésos,
se moría por la gota,
y sólo recordaba sus andanzas de mujeriego,
el dolor no lo convirtió en sabio,
el dolor lo transformó en un ser sin grasa,
de panza abultada,
de ojos de muerte,
era un hombre fuerte,
pero yo lo vi caer,
vi cómo la gente lo abandonaba,
como todo lo vivido no valía nada;
pero no,
los peores viejos son los moralistas,
los cocufatos, las viejas de quinta,
las chismosas de cuatro céntimos,
esas gorgonas que envenenan las aceras a su paso,
algunas mandan cartas anónimas
para destruir parejas,
luego van a la iglesia y realizan donativos,
luego hay de las otras
las que compran velas al por mayor
para que les salga más a cuenta el milagro,
es un asco llegar a viejo y no ser noble,
pero cuántos podemos ser nobles,
sabiendo que ese sol gigante,
le da igual si somos viejos o no;
James Dean, no se equivoco:
muere joven y serás un cadáver hermoso.


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