Poesía Independiente


Desde mi ventana
Por Eduardo Valdivia Sanz


La mujer llora en la tarde de domingo,
he visto las velas, he sentido el olor,
sufre como mar que ama la tierra,
es un estático segundo de abril
entre las calles vacías,
ella quiere frenar el presente con las caricias del ayer,
está equivocada
en una sangría de errores que la atrapa en un bolero,
sus lágrimas son luces que nadie contempla,
mujer sola, en marchito amor,
es como un Van Gogh perdido en un sótano,
en su pecho no tiene consuelo
ni calor que alumbre,
llueve afuera y la ciudad es un beso azul,
tomo un poco más de rojo y corro mi cortina,
soy un intruso, un vecino del sueño,
mañana iré por ella,
besaré su piel, naufragaré en sus ríos,
todos somos peces del mismo mar.


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