Poesía Independiente

El duende de las barajas
Por Eduardo Valdivia Sanz

El rey de las barajas sonríe sobre el tejado,
una guadaña lleva en extraña confusión,
la chica bonita de abajo llora,
la noche parece una caricia de la luna roja,
la bella agita sus manos, pide un milagro para arrojar el dolor,
el novio de la bonita grita, habla de valores,
de las familias disfuncionales,
el del tercero b, toma la décimo primera cerveza de la noche,
un video de los Sex Pistols corre en el ordenador,
alguien quiere ser perro de alguien, pero el del b es perro de sí mismo,
su piso huele a sudor, a pizza descompuesta y a riff,
son los juegos de los ácidos, los malabarismos de las sinapsis,
las trampas de la realidad;
el rey del tejado ha sacado un trébol,
mala jugada, uno más caerá,
yo el mirón del cuarto piso
veo una revelación del cielo
en una diagonal de una ciudad de chimeneas,
el del cuarto c, ha llamado a sus viejos,
los del congreso han aprobado la ley,
mañana se cambiará de sexo, siempre supo que era una mujer,
el trébol salta al vacío, es una hoja filosa precipitándose al asfalto,
en la intersección de la manzana,
un coche ha mordido la acera, alguien caeel rey de barajas es un duende feliz.

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