Poesía Independiente

Dos caras
Por Eduardo Valdivia Sanz


Frío es saturno, inteligencia, cálculo, dinero,
cómprate un espejo los clones femeninos no existen,
disparo a Carlitos, no entiende las sutilezas,
habla de estrellas y de griegos,
al lado huele a parrilla y a cerveza,
no es honesto y no le alcanza el pasaje,
su karma es pesado, en realidad pocos la hacen,
todavía no se ha dado cuenta,
que la playa es nada a pesar del sol,
hay secretos que valen su peso en oro,
no hay queso, aceitunas ni Navarro Correas,
la revelación es mi sueño,
aún le falta recorrer calles que odia, beber tragos y bares.
El otro viernes fue igual, ella cree halagar las pasiones,
también hay desencuentros, no me gustas,
tengo prejuicios, tu dolor no me conviene, y no quiero salir al sol,
soy un escorpión y corto la piel;
hay una zorra en la barra,
buenas tetas, es amiga de Dominique,
Cufoy está cerca, y pretende hablar portugués,
dice llamarse Marquitos,
no entiendo de asuntos modernos,
parto como fantasma en la madrugada
y sigo pensando en tetas;
la otra tribu está peor,
es el hastío pretender ser ganador de un muladar,
rebotamos pero tenemos móviles de pantalla azul,
despreciamos a la chusma para sentirnos nobles de bulevar,
al otro lado alguien ríe,
toma el metro, una tarjeta del Corte Inglés,
veranos en Alicante, viste mejor,
ya estuvo en Sofía y en Bucarest,
toma un avión, y cruza la puerta,
ve un pueblo, entra, sueña, el otro ríe,
ha soñado con casinos y con Tatiana,
el del avión despierta, es sábado en Madrid,
antípoda de dos cuerpos y de un hombre.

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