Poesía Independiente

En la ciudad de los sueños quemados
Por Eduardo Valdivia Sanz

Los perdedores están en el aire,
están agazapados en un puesto público,
ven fútbol y le gritan a su mujer.
En casa es el único lugar en donde son valientes,
son ridículos, los conocen por sus zapatos,
por sus palabras: duro, modérate, "cumpleaño".
Nunca pierden el control en las calles, son sumisos,
intrigan, despacio, como una larva, como un parásito.
Son los pobrecitos, los que no tienen dinero para pagar,
pero persiguen fantasmas si se les debe.
Los perdedores golpean sus pechos y juzgan a otros pobres diablos,
los insultan, hablan mal de los demás,
les resulta fácil, reconocen sus defectos en todas las miradas.
Los perdedores son malos, envidiosos, cobardes,
les enseñan a mentir a sus hijos.