Poesía Independiente

Samsara
Por Eduardo Valdivia Sanz

No soy un hombre fino,
a duras penas puedo hablar de látigos y de cocos,
no soy un hombre sabio,
pero sé quedarme fuera de los bares
y evito los burdeles,
el fútbol, la tele y los discursos de salvación.
Fui necio, me perdí entre las piernas y los besos,
busqué la mandrágora y soñé con Gilgamesh.
No bien entendí mi demencia fui al comercio de la esquina,
pedí, una botella de brandy, mucho jamón inglés y aceitunas,
fui a casa y recordé porqué los stones son los stones,
revisé mis libros y vi el ojo del viejo Jack,
era un hueco en la pared,
entonces
soñé con ríos y con edificios,
fui marino y pisé, el África,
caminé en un desierto
y escuché las voces, repitiendo tu nombre en el mar de la serpiente,
fueron nubes y truenos,
vi la batalla,
lanzaron dardos, los elefantes pisaron, mi coselete,
hubo sangre y muchas mujeres,
unas bellas, otras fueron unas diosas de la perversión,
hijas del fuego de Justine y de la Babilonia de los pies sangrantes;
comercié con mirra, plata y amé a los caballos,
por las noches usaba el látigo
y arrancaba la piel de los esclavos,
rompí dientes, vertí plomo, y maldije heridas,
lloraron, gritaron y al amanecer supe que dañaba mi alma;
desperté en el mar, y el sol cuarteaba mi piel,
me asía de un madero, y soñé con el metro,
vi escaparates, policías de negro y hombres rapeando,
había humo en las calles y mujerzuelas,
caminé en bares, pedí licores fuertes,
soñé con abismos y con castillos,
fui vendido y fui comprado;
marcaron mi frente,
tuve hijos, me cortaron el cabello,
fui asesino, maté por placer y aullé a la luna,
gasté mi vida y mis sueños, y seguí con hambre,
fui ciego, rico y plantador,
bebí barro y el Mississipi subí,
fui trampero y busqué la salida del mar;
no la hallé, unos árboles gigantes fueron mi mortaja;
caminé con Cortés,
vi templos de serpientes emplumadas,
quemé barcos y cargué la cruz,
tuve miedo, hambre y calor,
pero seguí a pesar de las flechas,
hubo otras batallas, y muchas muertes,
hoy sueño que vivo, respiro y recuerdo,
mañana volveré a dormir.